sábado, 29 de agosto de 2015

Una reflexión en torno a la economía mexicana



Fuente: “Trazando el rumbo: Proceso de reflexión crítica de la realidad”, de la IBERO Ciudad de México.
Breves textos sobre distintos tópicos que prepararon académicos de la Universidad. La intención es que su lectura detone la reflexión y el análisis crítico para vincularnos aún más con la realidad y proponer acciones transformadoras.

Una reflexión en torno a la economía mexicana

Javier Cervantes González   
Pablo Cotler Avalos
Isidro Soloaga
Graciela Teruel Belismelis


I. Caracterización del problema

México es un país caracterizado por una gran población en situación de pobreza. Hoy, aproximadamente uno de cada dos mexicanos vive en esta condición y cada uno de diez vive en pobreza extrema. Desafortunadamente, esta situación parece ser una condición estructural que se ha venido acumulando y enquistando en nuestra sociedad y de la cual parece difícil escapar.
            Adicionalmente, los resultados de un estudio reciente muestran que el 75 por ciento de la población mexicana ha estado en condición de pobreza al menos una vez en los últimos 12 años. Esto es indicativo de la enorme persistencia de la pobreza y de la vulnerabilidad que enfrenta una gran mayoría de la población.
            Parte del problema es que el muy bajo crecimiento económico del país (1.2 por ciento anual per cápita en promedio en los últimos 20 años) no ha permitido un incremento del poder adquisitivo del ingreso. Además, el poder adquisitivo de los hogares se ha visto minado drásticamente durante la crisis económica de 1994, en 2007 con el alza en los precios internacionales de los alimentos y en 2009 a raíz de la crisis financiera internacional.
            La pobreza, sin embargo, no es el único problema que desafía a nuestro país. Impera en México una enorme desigualdad que conduce a que esté considerado como uno de los países con la mayor inequidad en el mundo. A modo de ejemplo, el 10 por ciento más rico se queda con el 40 por ciento del ingreso y, mientras que un mexicano está entre los cinco hombres más ricos del mundo y otros 30 poseen una fortuna superior a los mil millones de dólares, una fracción considerable de la población no accede a un nivel de vida que garantice un mínimo de bienestar razonable.
            Sin embargo, la desigualdad no se limita al ingreso, también hay desigualdad en las oportunidades y capacidades para salir adelante, así como desigualdades profundas en las condiciones de vida. Hoy, la gran mayoría de la población no tiene acceso a seguridad social, no está protegida ante choques adversos a sus ingresos, no tiene acceso a una pensión, etc. Y si bien parece haberse alcanzado una muy amplia cobertura de servicios de salud, la calidad de estos deja mucho que desear. Mientras que unos cuantos pueden atenderse en hospitales comparables a los del primer mundo, la gran mayoría asiste a centros de salud sin especialistas, mal equipados, con escasez de medicamentos y sufren largas horas de espera. Una situación similar ocurre en el caso de la educación. Más aún, estas desigualdades se agudizan entre subpoblaciones y regiones. Así por ejemplo, mientras que el porcentaje de la población menor a cinco años de edad con baja talla es de 2 por ciento a nivel nacional, entre la población indígena este porcentaje alcanza 33 por ciento.

II. Por qué estamos como estamos
Los altos y persistentes niveles de pobreza y desigualdad y el bajo crecimiento económico se expresan en el ámbito de los hogares (bajos ingresos, desigualdad de oportunidades, limitado empoderamiento, vulnerabilidad, etc.), pero responden a causas derivadas del contexto institucional. El Estado no sólo no cumple la tarea de compensar las desigualdades existentes sino que, por el contrario, los procesos de toma de toma de decisión de las políticas públicas así como las formas en las que se agregan los intereses de distintos grupos de ciudadanos refuerzan la transmisión intergeneracional de la desigualdad y la vulnerabilidad a la pobreza.
            Las características actuales de la estructura fiscal, la baja capacidad para regular a las estructuras monopólicas a favor de los consumidores (que se evidencia por ejemplo en lo que acontece en los mercados de telecomunicaciones o de harina de maíz), las reglas de juego poco transparentes (que se evidencia por ejemplo en la baja imparcialidad que hay al ejecutar las leyes) y la escasa respuesta a las demandas de las y los ciudadanos ante actos de corrupción, se encuentran entre las principales razones que explican nuestra mala situación económica.
            En la raíz de estos problemas se encuentra que la cadena de delegación democrática no funciona bien en México. Esto se hace evidente en: a) la presencia extendida del clientelismo político, mecanismo por el cual el funcionario entrega prebendas a ciertos ciudadanos  a cambio del apoyo político o el voto; b) la captura del Estado, en la que algunos funcionarios públicos representan los intereses particulares de individuos o grupos económicos, como se evidencia en ciertas asignaciones presupuestarias (sector agrícola y energético, por ejemplo) y en la regulación de ciertos sectores (telecomunicaciones, por ejemplo); c) la corrupción, definida como aquella situación en la cual el funcionario público actúa discrecionalmente para favorecer a ciertos agentes económicos a cambio de dinero y cuya presencia se ha hecho sistémica, y d) una consecuente debilidad institucional con bajo compromiso ciudadano, surgiendo este último por experiencias en las cuales las relaciones sociales y la proximidad con el poder resultaron más útiles que los procesos formales para acceder a los bienes y recursos públicos.
            En este marco de instituciones débiles, la desigualdad en el poder de influir sobre las decisiones de política pública y sobre el funcionamiento de los mercados genera un proceso de crecimiento lento y desigual, el cual cierra el círculo vicioso al perpetuar instituciones débiles y desiguales.

III. ¿Qué hacer?
Considerando el diagnóstico antes hecho, atender esta problemática pasa en lo económico por: a) generar un crecimiento económico incluyente, alto y sostenido; b) generar un sistema de protección social que logre atenuar los impactos adversos propios del ciclo de vida y de las fluctuaciones macroeconómicas sobre el bienestar de las personas en situación de pobreza y vulnerabilidad; c) diseñar una nueva arquitectura de la política social que logre ir combatiendo las fuentes de desigualdad. La evidencia internacional sugiere que alcanzar estos objetivos no es fácil ni se logra rápidamente. Y a pesar de las resistencias e inercias que hay para alterar el statu quo, hay ejemplos tanto en el sector privado como público que muestran la posibilidad de cambios conducentes a alcanzar los objetivos antes trazados.
            Un primer ejemplo lo encontramos en el sector financiero con la cada vez mayor presencia que tienen las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo en el país. La importancia de estas es digna de destacarse pues es, en general, un modelo organizacional distinto al tradicional, que ha mostrado su sostenibilidad financiera y que de manera gradual se están convirtiendo en un ejemplo de que sí es viable ofrecer servicios financieros acordes con las necesidades y características de las grandes mayorías de la población.
            Un segundo ejemplo lo constituye la puesta en marcha del Seguro Popular. Esta institución está permitiendo a la población que labora de manera informal o que son autoempleados tener acceso a servicios de salud. Si bien hay aún problemas de calidad en el servicio que ofrece, es un paso importante para ir reduciendo algunas de las carencias más sentidas que tiene la población pobre.
            Finalmente, es importante señalar como una posible transformación en curso a las modificaciones en el diseño y forma de operar de los programas sociales que fomentan opciones productivas. Antes la meta era ofrecer el subsidio, ahora se busca que los programas tengan en su diseño una visión territorial, fomenten formas asociativas entre los productores y se dé especial énfasis en la viabilidad comercial de los emprendimientos.
            La complejidad de los problemas por resolver hace necesaria la participación activa de la Universidad en la condena a la impunidad y en la búsqueda de instrumentos que permitan erradicarla. Asimismo, es necesario que se redoblen esfuerzos en las labores de investigación con rigurosidad académica y pertinencia social. Es así como desde la academia se podrá coadyuvar a la elaboración de una política económica más eficaz y eficiente en la resolución de los problemas señalados en la primera sección.

Lecturas recomendadas:
Coneval (2014), “Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en México 2014”.

Coneval (2012), Medición de la Pobreza en México y en las entidades federativas”.

PNUD (2010), “Informe Regional sobre Desarrollo Humano en Ámerica Latina”.

martes, 25 de agosto de 2015

Caída de las Bolsas, por "Enlace México"'

Las Bolsas de todo el mundo cayeron con fuerza el pasado lunes 24 de agosto, y registran un correctivo inédito desde el estallido de la crisis financiera que comenzara a gestarse en 2007. De acuerdo a los analistas, existen varias razones por las cuales las bolsas han caído, a continuación, presentaremos las principales:

1. Proximidad de la retirada de estímulos en Estados Unidos

Los inversores temen que la Reserva Federal estadounidense cumpla con los planes de subir tipos de cambio en septiembre y abandone así las políticas fiscales ultraexpansivas con las que respondió a la crisis financiera. Este posible repunte después de siete años de tipos de cambio extremadamente bajos, exacerbaría la huida de capitales de mercados emergentes a Estados Unidos, una tendencia que ya ha quedado patente en el último año.

2. Miedo sobre la situación real de la segunda economía mundial

Muchos analistas independientes desconfían de la previsión de crecimiento de China para este año (7%) y rebajan la cifra real a la mitad. Un frenazo brusco de la segunda economía mundial afectaría muy severamente al crecimiento global y arrastraría al resto de países emergentes, ya de por sí muy dañados por los bajos precios de las materias primas.

3. Débil crecimiento global y ralentización del comercio

Estados Unidos es la única gran economía mundial sobre la que no hay dudas de calado. La Unión Europea sale lentamente de su mayor crisis en décadas y las principales economías del Viejo Continente siguen sin levantar el vuelo con fuerza. Y los emergentes sufren su mayor turbulencia desde hace casi dos décadas. Ante esta debilidad global, el comercio mundial cae un 3.42% en lo que va de año.

4. Golpe para las materias primas e impacto sobre los emergentes

El índice que aúna las cotizaciones de las materias primas se ha desplomado este lunes hasta niveles de hace 16 años. En este desplome tiene mucho que ver el abaratamiento del precio del petróleo: el barril de crudo Brent, el de referencia en Europa, cotiza a menos de 50 dólares desde la semana pasada y este lunes se desploma otro 4.77%. La debilidad de estos productos se traduce en dificultades para la mayoría de países emergentes, exportadores netos de estos productos y muy golpeados por las salidas de capitales en los últimos meses.

5. Inestabilidad geopolítica

Algunos países emergentes suman a las dificultades derivadas del desplome de las materias primas problemas de índole geopolítico. En este grupo, los analistas sitúan, entre otros, a Turquía, con unas elecciones a la vuelta de la esquina y el desafío de seguridad del Estado Islámico, a Brasil, con un panorama político complejo por las protestas contra el Gobierno de Dilma Rousseff, y a Rusia, dañada por las sanciones internacionales por su participación en el conflicto ucranio, que vive una nueva escalada de violencia.

sábado, 22 de agosto de 2015

Adiós, mi única...



Adiós, mi única, no tiembles ante el hambre de los lobos / ni en el frío estepario de la ausencia / del lado del corazón te llevo / y juntos seguiremos hasta que la ruta se esfume.

Poema escrito por Ernesto "Che" Guevara a su esposa Aleida March poco antes de su partida a Bolivia.