Procura imprimir estos preceptos en tu memoria:
Examina tu carácter. No propales tus pensamientos,
ni ejecutes nada inconveniente.
Sé sencillo, pero no en modo vulgar.
Los amigos que escojas y cuya adopción hayas puesto
a prueba,
sujétalos a tu alma, con garfios de acero;
pero no encallezca tu mano con agasajos
a todo camarada, recién salido del cascarón.
Guárdate de andar en pendencia, pero, una vez en
ella,
obra de modo que sea el contrario quien se guarde
de ti.
Presta a todos tu oído, pero a pocos tu voz,
toma la crítica de la gente, pero resérvate tu
juicio.
Que tu vestido sea tan costoso, como tu bolso lo
permita,
pero sin afectación en la hechura: rico, pero no
extravagante;
porque el traje revela al sujeto,
y en Francia, las personas de más alto rango y
posición,
son en esto, modelo de finura y esplendidez.
No pidas ni des prestado a nadie,
pues el prestar hace perder a un tiempo el dinero y
al amigo;
y el tomar prestado embota el filo de la armonía.
Y sobre todo; sé sincero contigo mismo,
y de ello se seguirá, como la noche al día,
que nunca puedas ser falso con nadie.
William Shakespeare
No hay comentarios:
Publicar un comentario