México se encuentra en la
posibilidad de dar un gran salto adelante, gracias a que su clase política ha
elegido esta opción al consensuar una agenda de reformas –el Pacto por México-,
firmado hace dos semanas- para impulsar el crecimiento y la competitividad.
El
acuerdo da la primera señal en mucho tiempo de que existe algo más que el
diagnóstico común sobre los problemas: una voluntad política de resolverlos.
Una atmósfera de última oportunidad flota en el ambiente. El presidente Enrique
Peña Nieto, no espero ni un minuto para anunciar su intención de transformar el
país y llevar a cabo las reformas estructurales –fiscal, energética, laboral y
educativa- prometidas durante la campaña de las elecciones del pasado 4 de
julio. http://www.presidencia.gob.mx/wp-content/uploads/2012/12/Pacto-Por-M%C3%A9xico-TODOS-los-acuerdos.pdf
“Es
tiempo de mover a México”, afirmó el presidente, invitando a “romper con los
mitos y paradigmas que han impedido el crecimiento” de la segunda economía de
América Latina, promoviendo la competencia. Se marca una nueva etapa que deja
atrás un sexenio de crecimiento mediocre del 1.9% de promedio anual; incremento
de la pobreza que afecta al 51% de los 113 millones de mexicanos. El pacto
signado por los tres principales partidos políticos, de 95 medidas de muy
distinto rango con el objetivo de lograr un crecimiento de la economía “por
encima del 5%”, fortalecer el Estado frente a los monopolios y “culminar la
transición democrática construyendo “una sociedad de derechos que ponga fin a
las prácticas clientelares”.
El
PRI y las principales fuerzas políticas se han comprometido de una vez por
todas a situar al país en el lugar que le corresponde en el escenario global.
La oportunidad de lograrlo parece más cercana ahora.
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