Por: Víctor Manuel
Pérez Valera
Abraham Lincoln 16° presidente de los Estados Unidos (1861-1865), nació en el condado de La Rue, Kentucky, el 12 de febrero de 1809. Creció en el seno de una familia de campesinos pobres. Desempeñó varios oficios: fue leñador, comerciante, constructor de vías férreas, fue capitán de ejército durante la guerra del Halcón negro. Su gran hazaña fue salvar de la horca a un indio viejo, que sus propias gentes querían ejecutar, a pesar de que poseía un salvoconducto. Entre sus múltiples ocupaciones se daba tiempo para estudiar derecho.
A la postre ingresó en la política, fue
diputado por Illinois. En 1836 comenzó a ejercer como abogado y muy pronto
adquirió un gran prestigio. No obstante que nació en un estado esclavista se
opuso a la esclavitud: él y otro colega de la Cámara baja de su Estado firmaron
un dictamen contra la esclavitud. En 1846 fue elegido miembro del Congreso
Federal y allí se distinguió por sus clara y duras críticas a la guerra contra
México. Para luchar más decididamente contra la esclavitud decidió ingresar al
recién fundado partido Republicano. Finalmente en 1860 fue candidato a la
presidencia y obtuvo la mayoría de los votos.
Siete estados del sur
decidieron separarse de la Unión y formaron los Estados Federales de América.
Tras fracasar el dialogo con los separatistas, estalló la guerra civil. Tras
varias deplorables derrotas, finalmente con el general Ulysses S. Grant puso
fin a la guerra en 1864. Lincoln nombró a Edwin M. Stanton como Secretario de
guerra, quien lo trataba con gran desprecio: lo llamaba públicamente “astuto
payaso” o “el gorila original”. Su burla llegaba al colmo cuando vociferaba que
el que buscaba al eslabón perdido era un tonto si lo buscaba en África, cuando
era tan fácil encontrarlo en Springfield, Illinois. Lincoln soportaba con
paciencia todas esas puyas. No obstante esto le ofreció el puesto de Ministro
de Guerra y además lo trató con gran cortesía. Los amigos de Lincoln le decían:
cuando llegaste al poder creíamos que ibas a destruir a tus enemigos. Lincoln les respondía, es lo que estoy haciendo cuando a mis
enemigos los hago amigos. ¡Qué gran contraste con el espíritu de venganza de
muchos de nuestros políticos! Con razón Lincoln solía decir que casi todos
podemos soportar la adversidad, pero si quieren probar el carácter de un
hombre, denle poder. Cuando asesinaron a Lincoln, Stanton hizo la guardia de
honor ante su cadáver y estuvo llorando y al salir del velatorio comentó:
“Nunca ha existido un hombre de estado tan grande como éste”.
Cuando Lincoln tomó la
decisión de afrontar la guerra civil un consejero le dijo: “Señor presidente,
espero que Dios esté de nuestra parte”; a lo que contestó Lincoln: lo que
espero no es que Dios este de nuestra parte, sino que nosotros estemos de parte
de Dios”.
Durante 25 años
ejerció la profesión de abogado, y llevó cientos de casos. Se dice que no
perdió ninguno. Ante todo, el aconsejaba la diligencia, la plena dedicación al
asunto. Solía decir: “hagas lo que hagas hazlo bien”, pues al final lo que
cuenta no son los años de tu vida, sino la vida de tus años.
Desalentaba la
litigiosidad. Aconsejaba a sus clientes que trataran de llegar a algún acuerdo.
La mediación ofrece al abogado la oportunidad de ser un hombre de bien. También
observaba que algunas veces el ganador de un caso era en realidad un perdedor,
se ganaban enemistades, se perdía tiempo y el dinero de los honorarios.
Lincoln recomendaba
cultivar el arte de la oratoria. Hablar elocuentemente en público consolida lo
justo de la causa. Él fue un gran orador: no caía en la verborrea, sino era
conciso en su argumentación. Un ejemplo es su discurso de Gettysburg, que
por muchos es considerado una de las piezas oratorias mejores de todos los
tiempos. El gran orador que lo precedió habló durante dos horas, el discurso de
Lincoln duro tres minutos.
En suma, Lincoln
tenía una gran estima por la abogacía y la política, si bien en su tiempo, como
ahora, son considerados, y en concreto en nuestro país, como los profesionistas
más corruptos. Si alguien quiere lucrar con estas profesiones, mejor que se
dediquen a otra cosa.
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