domingo, 24 de mayo de 2015

Valuación de empresas


 

La valuación de una empresa es el núcleo o corazón de las fusiones y adquisiciones. Constituye la parte más importante en todo el proceso de compra-venta de una empresa. En suma si las partes no pueden llegar a un acuerdo del precio de venta; la transacción simplemente no se lleva a cabo.

 

Una valuación adecuada de la empresa, permitirá negociar con los posibles compradores de la misma y mejor aún;  indicará áreas de la empresa que se pueden mejorar; llevando a cabo estas mejoras incrementarían el valor de la compañía.

 

        La valuación de una empresa es en realidad la “intersección del flujo de efectivo y el tiempo”. Dicho de otra manera, ¿cuánto tiempo le tomará al comprador recuperar el costo de la inversión? Por otro lado ¿cuántos años de ganancias está dispuesto a aceptar el vendedor el día de hoy a cambio de entregar un flujo infinito de ganancias de ese negocio?

 

        El tiempo y el flujo de efectivo no son los únicos que contribuyen a la determinación del valor de una empresa, igualmente deben ser tomados en cuenta los siguientes:

 

-      El futuro del negocio: ¿El negocio crece rápidamente? ¿El crecimiento está estancado?  El crecimiento o la ausencia de este afectará a lo que el comprador esté dispuesto a invertir en ella.

 

-      El riesgo asociado al negocio en específico: ¿Los productos de la compañía son de calidad? ¿La empresa tiene la capacidad de contratar, capacitar y retener buenos empleados? ¿O por el contrario enfrenta una rotación de personal alta?

 

-      Riesgo sistemático: Se refiere al riesgo que tiene la economía en general. La crisis económica reciente es un perfecto ejemplo de esto. Infinidad de compañías en buena situación financiera ofreciendo buenos productos y servicios sufrieron por la mala situación económica generalizada. Cuando el riesgo sistemático es alto los compradores son muy cuidadosos con el proceso de valuación.

 

-      Costo de Capital: Si el comprador tiene otras opciones asignará su capital en aquellas transacciones que le ofrezcan mayor rendimiento y menor costo.

 

Con relativa frecuencia la valuación de una empresa se reduce a un rango de valuación: de cuatro a seis veces EBITDA. (este es un indicador financiero que significa en inglés Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization; en español beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones). Por ejemplo una compañía con EBITDA de $30 millones de pesos tendría una valuación de $150 millones de pesos. (5X EBITDA)

 

        Aunque los múltiplos de EBITDA es una técnica de valuación típica, no es el único método para determinar el valor de la compañía. Igualmente se utilizan las siguientes:

 

-      Valor de activos: El comprador paga un precio basado en el valor de los activos reflejados en el balance. Esta técnica funciona muy bien para compañías con gran inventario o mucho equipo de manufactura.

 

-      Múltiplos de ganancias brutas: Toma en cuenta la diferencia entre ingresos y costo de lo vendido.

 

-      Múltiplos de ingresos: Este método de valuación es una buena opción para una compañía que se encuentra registrando pérdidas.

 

-      Flujos de efectivo descontados: Se proyecta el flujo de efectivo por un período de tiempo, generalmente cinco años. Se determina entonces, el valor terminal, el precio de venta esperado al final del período y, se calcula el valor presente de este flujo de efectivo esperado descontando el valor futuro de ese flujo de efectivo. (básicamente se está calculando el equivalente de esa cifra de flujo de efectivo futuro).

 

-      Múltiplos de márgenes de contribución: Monto de flujo de efectivo que el comprador puede esperar después de llevar a cabo modificaciones a la empresa, como pueden ser la eliminación de algunos gastos o por el cambio de operaciones de la empresa.

 

martes, 12 de mayo de 2015

Las Cinco Leyes del Oro


Sencillas y sabias lecciones plasmadas en el libro El Hombre más Rico de Babilonia de George S. Clason. A continuación las cinco leyes del oro.

 

Primera Ley:

“El oro viene gustosamente y en cantidades crecientes a cualquier hombre que separa no menos de un décimo de sus ganancias para crear un patrimonio para su futuro y el de su familia”.

 

Cualquier hombre que ahorre un décimo de sus ganancias constantemente e invierta sabiamente, creará seguramente un valioso patrimonio que lo proveerá de un ingreso para él en el futuro y, más adelante, garantizará seguridad para su familia, en caso de que los dioses lo llamen al mundo de la oscuridad. Esta ley dice que el oro siempre viene gustosamente a tal hombre. Yo puedo certificar verdaderamente esto en mi propia vida. Mientras más oro acumulo, más rápidamente viene a mí en cantidades crecientes. El oro que yo ahorro gana más, igual que el de ustedes lo hará, y sus ganancias ganarán más, y este es el resultado de la primera ley.

 

Segunda Ley:

“El oro trabaja gustosa y diligentemente para el sabio poseedor que le encuentra empleo redituable, multiplicándose como los rebaños del campo”.

 

El oro es, ciertamente, un voluntarioso trabajador. Está siempre ansioso de multiplicarse cuando la oportunidad se presenta. Para cada hombre que tiene un depósito de oro ahorrado, la oportunidad viene para su uso más redituable. Conforme pasan los años, se multiplica a sí mismo en forma sorprendente.

 

Tercera Ley:

“El oro se adhiere a la protección del poseedor precavido que lo invierte bajo el consejo de hombres sabios en su manejo”.

 

El oro, ciertamente, se adhiere al poseedor precavido, así como huye del poseedor descuidado. El hombre que busca el consejo de los hombres sabios en el manejo del oro, pronto aprende a no arriesgar su tesoro, sino conservarlo con seguridad y disfrutar con agrado su consistente aumento.

 

Cuarta Ley:

“El oro huye del hombre que lo invierte en negocios o propósitos con los cuales no está familiarizado o que no son aprobados por aquellos hábiles en su conservación”.

 

Para el hombre que tiene oro, aunque no sea hábil en su manejo, aparecen muchos usos redituables. Muy a menudo, éstos están cargados con peligro de pérdida, y si son apropiadamente analizados por los hombres sabios, muestran pequeñas posibilidades de ganancia. Por lo tanto, el inexperto propietario del oro, quien confía en su propio juicio y lo invierte en negocios o propósitos con los cuales no está familiarizado, muy a menudo descubre que su juicio es imperfecto y paga con su tesoro su inexperiencia. Sabio es, ciertamente, el que invierte su tesoro bajo el consejo de hombres hábiles en el manejo del oro.

 

Quinta Ley:

“El oro huye del hombre que lo fuerza a ganancias imposibles, o de quien sigue los seductores consejos de embaucadores e intrigantes, o de quien confía en su propia inexperiencia y románticos deseos de invertir”.

 

Fantásticas proposiciones, que emocionan como cuentos de aventuras, siempre vienen a un nuevo propietario de oro. Éstas parecen dotar su tesoro con mágicos poderes que lo capacitarán para hacer ganancias imposibles. Pero presten atención a los hombres sabios, pues en verdad ellos conocen los riesgos que acechan detrás de cada plan para hacer ganancias repentinas.

 

Audiolibro: El Hombre más Rico de Babilonia de George S. Clason: https://m.youtube.com/watch?v=k85WEsFPocw&autoplay=1

 


 
 

 

Clason, George. El hombre más rico de Babilonia. Ediciones Castillo. México 1999.