lunes, 17 de diciembre de 2012

México ante su gran oportunidad


 México se encuentra en la posibilidad de dar un gran salto adelante, gracias a que su clase política ha elegido esta opción al consensuar una agenda de reformas –el Pacto por México-, firmado hace dos semanas- para impulsar el crecimiento y la competitividad.

     El acuerdo da la primera señal en mucho tiempo de que existe algo más que el diagnóstico común sobre los problemas: una voluntad política de resolverlos. Una atmósfera de última oportunidad flota en el ambiente. El presidente Enrique Peña Nieto, no espero ni un minuto para anunciar su intención de transformar el país y llevar a cabo las reformas estructurales –fiscal, energética, laboral y educativa- prometidas durante la campaña de las elecciones del pasado 4 de julio. http://www.presidencia.gob.mx/wp-content/uploads/2012/12/Pacto-Por-M%C3%A9xico-TODOS-los-acuerdos.pdf

     “Es tiempo de mover a México”, afirmó el presidente, invitando a “romper con los mitos y paradigmas que han impedido el crecimiento” de la segunda economía de América Latina, promoviendo la competencia. Se marca una nueva etapa que deja atrás un sexenio de crecimiento mediocre del 1.9% de promedio anual; incremento de la pobreza que afecta al 51% de los 113 millones de mexicanos. El pacto signado por los tres principales partidos políticos, de 95 medidas de muy distinto rango con el objetivo de lograr un crecimiento de la economía “por encima del 5%”, fortalecer el Estado frente a los monopolios y “culminar la transición democrática construyendo “una sociedad de derechos que ponga fin a las prácticas clientelares”.

     El PRI y las principales fuerzas políticas se han comprometido de una vez por todas a situar al país en el lugar que le corresponde en el escenario global. La oportunidad de lograrlo parece más cercana ahora.

martes, 4 de diciembre de 2012

La ciencia económica en crisis




El año pasado se le preguntó a Larry Summers a qué autor se podía recurrir para entender la crisis económica que estamos viviendo. Summers citó a Walter Bagehot (1826-1877) quien fue un director de The Economist en el siglo XIX y que en 1873 publicó un libro Lombard Street sobre los mercados financieros. Citó igualmente a Kindleberger (1910-2003), Entusiasmos, pánicos y desplomes bursátiles. Historia de las crisis financieras. En resumen recomendó un libro escrito hace 33 años y otro escrito en el penúltimo siglo.
     Después, Summers amplió su respuesta para incluir a economistas vivos: “Eichengreen, Akerlof, Hiller y muchos, muchos, otros”. Si embargo considera que sus colegas no pudieron entender los precios de los activos, los entusiasmos, los pánicos y la liquidez...
     “La realidad es que necesitamos menos teóricos de los mercados eficientes y más especialistas en microestructura, límites del arbitraje y sesgos cognoscitivos. Necesitamos menos teóricos del equilibrio entre las empresas y los ciclos. Necesitamos más historiadores monetarios e historiadores del pensamiento económico y menos constructores de modelos. Necesitamos más Eichengreens, Shillers, Akerlofs, Reinharts y Rogoffs… por no hablar de Kindleberger, Minsky o Bagehot”; nos dice J. Bradford Delong, Profesor de Economía en la Universidad de Berkeley.

martes, 20 de noviembre de 2012

Nuevas ideas para la economía del futuro


Carlos Mulas-Granados, Profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid y director de la Fundación Ideas nos plantea cuatro áreas donde la economía tiene que superar sus esquemas actuales y desarrollar nuevas recetas.

Primero, la política fiscal. En la década de los noventa algunos economistas demostraron que los ajustes fiscales podían tener efectos expansivos si lograban generar expectativas suficientemente positivas para el sector privado. Hoy en día la teoría de los efectos de los ajustes fiscales no funciona con tanta claridad y está mucho más sujeta a las características propias de cada país.

El segundo problema que se debe atender es el de la política monetaria y su incapacidad para evitar las burbujas financieras. Al establecer el foco en los precios de los bienes y servicios que los ciudadanos consumen a diario, la política monetaria de los bancos centrales no se ha acomodado bien a la evolución de los precios de los activos en los que estos invierten sus ahorros; como las acciones de las empresas tecnológicas, los fondos de pensiones, las viviendas, las materias primas, o muy recientemente, la deuda soberana. Necesitamos nueva teoría capaz de integrar mejor la interconexión entre los precios de los activos y las burbujas financieras. Es preciso incorporar criterios anticiclicos en la política financiera. Los requisitos de reservas de capital que se exigen a los bancos deberían ser más altos cuando la economía vaya bien (es decir ahorros en tiempos de bonanza), y relajarse cuando la actividad decaiga para que sigan haciendo su función de crédito a las familias y a las empresas, evitando que las recesiones se prolonguen en el tiempo.

El tercer desafío consiste en incorporar supuestos más realistas a nivel micro, la ciencia económica se asienta sobre la presunción de que los individuos se comportan racionalmente y maximizan sus funciones de utilidad. En el futuro, tenemos que incorporar comportamientos emocionales a nuestra teoría microeconómica. Asimismo se debe integrar la sostenibilidad en nuestros modelos macroeconómicos; la confluencia entre la economía y la ecología es el área más prometedora de la investigación económica.

El cuarto reto, el más complicado de todos consiste en desarrollar nuevas teorías que asuman que la economía no tiende hacia el equilibrio, sino hacia los desequilibrios. Desde que Hicks desplegó a mitad del siglo pasado un esquema de estática comparativa para explicar que la economía se movía en torno a tres equilibrios simultáneos –en el mercado de bienes, el de dinero y el de bonos- los avances han sido importantes pero no definitivos. Es cierto que se han incorporado las imperfecciones y las asimetrías de los mercados a nuestros modelos, pero más como excepción de la regla que como núcleo permanente del modelo central. Son necesarias teorías económicas que tengan en cuenta los contextos históricos e institucionales, los ciclos electorales y las preferencias ideológicas.
Necesitamos urgentemente nuevas ideas en al menos cuatro áreas –la política fiscal, la política monetaria, el crecimiento sostenible y las expectativas racionales-. Y esas nuevas ideas deben tener en cuenta que la economía no es una ciencia sino un arte que usa instrumentos científicos, y por eso es más parecida a la medicina que a la física. Usamos mediciones, pruebas y datos, pero el éxito de nuestras predicciones y nuestras terapias dependen de nuestro acierto en incorporar el entorno y la psicología de los individuos. El reto es enorme, pero merece la pena intentarlo.

miércoles, 25 de julio de 2012

Águilas y estrellas


Águilas y estrellas
 
Autor: Marcelino Dávalos
Declama: Lautaro Córdova Delgado
 
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Del seno de las nieblas
a donde descendió mi estirpe de águilas,
vengo henchido de glorias y recuerdos,
de grandezas derruidas...
¡Soy mi raza!
¿Dónde fueron las tribus vencedoras un día del Anáhuac?
Ilhuicamina, el flechador del cielo,
Y Netzahualcóyotl, ¿dónde se hayan?
La Heroica Tribu Azteca
Cayó Rendida en La Contienda Aciaga
y sobre su cadáver van errantes,
sin redención, ni porvenir,
los parias...

Fatal como el destino
vengo desde la niebla desolada
a redimir mi estirpe...
¡Ya no alienta!,
¡No resta ni el recuerdo de la Patria!
- No, ¡no es esta mi estirpe!,
¡No es de esta raza el que al sentir
sus pupilas abrasarse, reía a sus verdugos…
¡Malinallí!..., ¿Qué hiciste de Mi Raza?
Han caído mis templos
Y mis dioses cayeron de sus aras;
El ahuehuetl, torciéndose de angustia,
eleva al cielo las vetustas ramas,
implorando de todos los caídos,
sin redención, sin glorias y sin lágrimas,
la reivindicación de sus agravios
y el tributo fatal de la venganza...

Una gota de sangre,
El Dios maligno al verter sobre el Anáhuac,
Engendró la traición...
Al extranjero se unieron tlaxcaltecas y los chalcas,
y la Malinche, hasta mi aduar les trajo...
¡Todas mis iras sobre ellos caigan...!
¡Oh, raza de cabello xochipalli y pupila azulada!
Para arrojarte de mis patrios lares,
se alzará de la huesa funeraria
la estirpe muerta,
la de testa brava,
y al sonar el huehuetl y el teponaxtle
agitará sus armas de obsidiana,
para arrancarte el corazón del pecho...
Raza de ojos azules, pelambre rubia y epidermis blanca!

¡No arraigarán en suelo de mexica
tus pinos ni tus palmas…!
¡No dejarán mis águilas al buitre,
hollar el pedestal de mis montañas...!
Ni tu sangre unirás, de mercaderes,
A mi sangre de Dioses, que es sagrada.
Raza de ojos azules, pelambre rubia y epidermis blanca!

¡A ti Malinche!, que en la eterna sombra de Mictlán te retuerces,
A ti vayan, para siempre jamás, los que a mi suelo,
al extranjero llaman...
Que tus hijos renieguen de su origen,
¡Su madre misma, airada, con mano propia se desgarre el vientre
que el monstruo engendrara!
Yo..., El alma de mi raza,
Yo..., El fuego que en sus piras encendían,
ánfora del rocío de sus lágrimas,
voluntad sacrosanta de mis dioses,
Yo..., El doliente recuerdo de su fama,
Evocaré con mi plañir de sombras
pobladoras del bosque y las montañas...

Raza sin abolengo
Surgida del cadáver de mi raza.
¿Quieres que de tus ruinas y leyendas, Tenochtitlán renazca?
¡Al indio resucita!
Al indio que sí evoca de la Patria el recuerdo sagrado,
Sólo sabe de bosques que le talan o girones de tierra que le roban
¡Resucita esa raza!
Y del cadáver Azteca, surja la redención del paria
¡Devuélvele el terruño!
Y en el terruño fundará la Patria
Caballeros del Sol, ¡tended el arco!
Caballeros Leones, ¡aprestad el arma!
¡Tended el arco caballeros tigres!,
que en el Teocali está encendida el ara
y vibra el huehuetl y el teponaxtle!!!
¡Requerid vuestras hondas, vuestras clavas,
Y unidos ofrendad al extranjero...
Nueva Otumba y en ella, noche trágica!

Sólo unidos al indio,
y los hijos de Cuauhtémoc y Cacama,
irán al templo de los dioses de oro,
para arrancar con su arma de obsidiana,
el corazón, al de azulados ojos,
Pelambre rubia y epidermis blanca...!
¡Huitzolopochtli!
¡Resucita al cadáver de mi raza
de águilas hoscas y a la par bravías…!
¡Salva a mis dioses! Y redime al paria