sábado, 16 de noviembre de 2013

Crecimiento personal


Los líderes se caracterizan por un claro afán de logro y una idea clara de su futuro; podríamos sintetizarlo en una sola palabra: magnanimidad, ánimo grande, metas altas y realistas, propias de una jovial madurez.

Todos los hombres que han hecho historia han sido gentes de grandes ideales, principios, valores, y virtudes dignas de ser imitadas.

1.- La excelencia no se encuentra en las cosas, sino en las personas.

2.- La excelencia reside en el cúmulo de cosas pequeñas.

3.- Se trata de aumentar las acciones y su resultado en un porcentaje continuo, no grande, tampoco pequeño; sino ininterrumpido.

4.- Es importante que en el deseo de excelencia se obtengan resultados, pero lo más importante es exigir-se para lograrlos. Aunque el objetivo de una acción no se consiga, el esfuerzo para lograrlo deja un sedimento en la persona tan positivo, al menos, como la misma meta pretendida. Sólo puede procurárselo la excelencia por la vía de la exigencia: per adspera ad astra. Es arduo el camino que conduce a las estrellas.

La única manera de hacer nuestro propio futuro es mejorar al hombre, desde dentro, haciéndolo virtuoso.

Se desea que todos sepamos desarrollar la capacidad, incluso frente a la adversidad, de encontrar el lado optimista de los acontecimientos: la excusa amable, la explicación que disimula la miseria humana con la que a veces tenemos que convivir,...será ésta la única forma no de adivinar el futuro sino, y aunque suene extraño, de hacérnoslo. Tener éxito, pero no a expensas de nuestra serenidad; poseer un equilibrio que nos lleve a tener una unidad de vida- interior y exterior.




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